Consejos para tener en buen estado las cañerías del domicilio

Las cañerías de un domicilio se van deteriorando poco a poco a lo largo del tiempo. Esto hace que, con el desgaste, se puedan producir humedades y otro tipo de sucesos negativos que pueden llegar a ser peligrosos. Hay que intentar evitar estas posibles averías antes de que se produzcan y, por eso, un buen mantenimiento va a ser de vital importancia.

Hay varias señales que pueden indicarnos un mal estado del circuito de tuberías. Es conveniente estar atento a cualquiera de estas señales para poder actuar a tiempo y que no suceda nada que pueda comprometer la seguridad de las personas. En el caso de las tuberías de agua, hay varios indicadores que pueden hacernos pensar que algo va mal, como, por ejemplo:

• Niveles bajos de presión.
• Color marrón del agua y/o un sabor bastante raro de la misma.
• Manchas en el inodoro o en la ducha de la casa.

En algunos casos, la única opción es el cambio de tuberías, aunque no siempre es ésa la mejor solución y generalmente con alguna reforma es suficiente.

5 consejos para tener siempre las tuberías en buen estado

Descubre algunas recomendaciones para que tus tuberías no acaben sufriendo averías:

• Cualquier mancha en los muros de humedad o goteo debe ser vigilada atentamente. Si no se detecta rápidamente esta corrosión, pueden llegar a ocasionarse problemas estructurales más graves.
• Revisar la cadena del inodoro periódicamente. Es importante hacer un mantenimiento adecuado de los mecanismos de carga y descarga del wáter.
• Tener cuidado con los cambios de temperatura, ya que los caños se pueden contraer o dilatar en épocas en las que las variaciones bruscas de calor son más frecuentes.
• No colocar objetos en la instalación, ya que pueden llegar a obstruir algún conducto.
• No abusar de los productos químicos desatascadores, debido a que son altamente contaminantes y muy tóxicos.

Si se tienen en cuenta estos pequeños detalles, el funcionamiento de las tuberías estará en perfecto estado y no tendremos que preocuparnos por nada.